La contaminación de los mares y océanos es un problema grave que afecta directamente a la vida silvestre de los hábitats oceánicos e, indirectamente, a la salud humana. Los derrames de petróleo, residuos tóxicos, el vertido ilegal y la acumulación de plásticos son sólo algunas de las muchas fuentes de contaminación. En este sentido, los programas de sensibilización y educación ambiental juegan un papel vital para combatir el deterioro de los ambientes oceánicos.
Desafortunadamente, las aves y los mamíferos marinos no son capaces de evitar los daños que se producen tras un derrame de petróleo. El óleo cubre su piel, sus plumas y sus patas, inmovilizándolos hasta la muerte. Además, algunos peces sienten curiosidad por el petróleo y lo ingieren pensando que podría ser comida. Los mamíferos marinos, como focas y delfines, nadan y se alimentan a cerca de los derrames de petróleo atraídos por los bancos de peces que se reúnen en el lugar. De esta forma, el petróleo se incorpora a la cadena alimenticia y puede llegar hasta las personas, afectando a la salud humana.
Cuando se ingiere, el petróleo daña las vías respiratorias de mamíferos y aves, produciendo congestión, neumonía, enfisema e incluso la muerte. Además, el aceite pegajoso es causa de hipotermia en aves mediante el deterioro de sus plumas y en crías de foca al destruir el aislamiento de su piel. Las aves y los mamíferos marinos se convierten en presas fáciles cuando están cubiertas de petróleo y esto hace que se extiendan rápidamente sus efectos dañinos en la cadena alimentaria.
El vertido ilegal de residuos tóxicos es una de las formas más dañinas de contaminación en los océanos. Estas sustancias tóxicas llegan a los mares a través de vertederos, minas, granjas y fábricas que arrojan residuos químicos y metales pesados a los drenajes, y también a través del tratamiento inadecuado de residuos en vertederos privados de personas que desconocen la problemática de la contaminación del agua.
Los productos químicos tóxicos y metales pesados, como el plomo, afectan a la salud humana y pueden causar daños en el cerebro, los riñones y en el sistema reproductivo, causando defectos de nacimiento, crecimiento lento y problemas de audición. Los expertos afirman que el vertido de sustancias tóxicas está agotando la población mundial de peces.
A todo esto hay que añadir la preocupante situación de los mares y océanos contaminados por miles de toneladas de plásticos, como ya vimos en el artículo sobre la isla de plástico del océano Pacífico.
Todas las personas debemos participar en la solución. Los derrames de petróleo, residuos tóxicos, el vertido ilegal y la acumulación de plásticos son los principales causantes de la contaminación de los océanos. Cuando la contaminación llega a los mares y océanos se producen daños en el medio ambiente que afectan a todos los seres vivos, incluidos los seres humanos. Es fundamental que cada uno de nosotros tomemos consciencia de este problema e intentemos aportar nuestro granito de arena para frenarlo. Cuidar el mundo en el que vivimos es tarea de todos.
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